Un precioso editorial en tonos blancos (mi color favorito) teniendo como protagonista el rostro más angelical del cine norteamericano (pese a que se haya encargado de dar vida a la musa más hot de los años 50, Marilyn Monroe).
Michelle Williams abre su corazón y revela que su corte de pelo, pese a lo favorecedor que es, no le gusta demasiado a la gente, tampoco a su hija Matilda, y que lo mantiene porque le gustaba mucho a una persona que ya no está con nosotros (¿se referirá a su ex-pareja, el ya difunto Heath Ledger?).
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