Demi Lovato para Teen Vogue

Nos tiene acostumbrados a cambios de look bastante radicales, que van desde los tradicionales rubio y moreno, a estilos más arriesgados como las mechas californianas en rosa... pero para la portada del número de noviembre de la versión adolescente de VOGUE, Teen VOGUE, Demi Lovato ha ido un paso más allá y ha decidido ofrecer una imagen mucho más arriesgada; se ha pasado a las mechas californianas en azul y, aunque lo cierto es que si, por ejempo yo, decidiese seguir sus pasos, parecería una loca recien salida del manicomnio (sin ofender), a ella le queda estupendamente y lejos de resultar una imagen descarada, este nuevo color le hace parecer aún más angelical. No sé qué es lo que pensáis vosotras, pero a mí me encanta.

 

En general me gusta Demi Lovato; tiene esa imagen de chica dura que consigue todo lo que se propone, pero lo cierto es que, en realidad, es un coranzoncito roto por todas partes. Su ruptura con el guapo de los Jonas Brothers le causó una gran depresión que inluso le llevó a ingresar, voluntariamente, en un centro en el que le ayudasen a tratar sus problemas, relacionados principalmente con la alimentación. No todo el mundo en su caso sería tan valiente, y puede que sea eso lo que más me atraiga de Demi, su valentía en un mundo tan complicado como ese en el que ella se desenvuelve.

 

Ahora todo le va mejor. Salió hace ya tiempo de ese centro y, actualmente, es juez del programa The X Factor junto a Britney Spears, otra luchadora de la vida. No me puedo alegrar más de que las cosas les vayan tan bien ahora.