domingo, 4 de diciembre de 2011

María Antonieta.

Ayer tuve el placer de disfrutar de la película 'Marie Antoinette' de Sofía Coppola. Mis expectativas no eran muy altas puesto que las obras de Sofía no entran en mi top de películas pero después de decirle a mi amiga Lara (con la que comparto pasión por el cine y las series) que iba a verla y me dijera que "estaba bien", mi actitud cambió.










Su nombre real era María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena y nació en Viena en 1755 bajo los títulos de Princesa Real de Hungría y de Bohemia y Archiduquesa de Austria, siendo hija del emperador Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico y de María Teresa I, Archiduquesa de Austria y Reina Hungría y Bohemia.





En mayo de 1770, María Antonieta se convierte en 'Delfina' de Francia al contraer matrimonio con el heredero al trono francés, el futuro Luis XVI.




Tal y como Coppola muestra en el largometraje, María Antonieta tarda algún tiempo en adaptarse a las complejidades de la vida 'versallesca', no comprendía la necesidad de tanto protocolo en oportunidades tan vanales como el momento de vestirse al salir de la cama; pero poco a poco, fue creando su propia corte de favoritos de la mano de personajes tan distinguidos como la princesa de Lamballe, el Barón de Besenval, el Duque de Coigny o la Condesa de Polignac.







Rápido comenzaron las envidias por parte del resto de cortesanos, las fiestas hasta altas horas de la madrugada, las partidas de cartas en las que se ponían en juego grandes cantidades de dinero y las colecciones de ropa y zapatos traídas desde París.







Una de mis escenas preferidas de toda la película, es ésta en la que se recrea su amor por la moda, el juego y ¡los pasteles!





Los pasteles eran su postre preferido, llenaba las horas muertas disfrutándolos y saboreándolos, e incluso se le atribuye una desacertada frase que supuestamente pronunció cuando el pueblo clamaba por harina para elaborar pan, su alimento básico; "¡si no tienen harina, que coman pasteles!" aunque numerosos historiadores han abogado por la falsedad de esta frase en boca de María Antonieta.




Kirsten Dunst, impecable en su papel, encarna a una reina moderna que escucha The Strokes o Radio Phoenix e incluso tiene unas Converse All Star como podréis haber visto en el video que os he puesto antes, y si no os lo creéis, aquí tenéis una captura de éste mítico momento.




Tan sublime estuvo Kirsten, que incluso tuvo el honor de ser portada de VOGUE caracterizada de lujo como María Antonieta y disfrutando de modelos de diseñadores como Balenciaga o Christian Dior.








1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy curioso! Las fotos son bastante bonitas! Y los pasteles tienen muy buena pinta xD